Y es, básicamente eso... quedar idiota mirándolo a los ojos, abrazarlo hasta sentir que son uno, besarlo en los labios de manera que sientas que jamás se va a alejar, hacerle el amor de una manera loca pero tan tierna, mirarlo dormir y apreciar hasta su forma de respirar. Es más o menos así como me sentí al momento de darme cuenta que estaba enfrente del amor de mi vida, y que me veía perdidamente enamorada de él.

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